Compartir piso con otras personas es una buena solución para ahorrar o reducir los gastos. Eso nos permite desahogar un poco nuestra economía doméstica. Pero trae consigo otros detalles que debes conocer.
Y es que las convivencias no son del todo fáciles. Aunque sabiendo qué problemas pueden surgir, es más sencillo prevenirlos. Si estás barajando compartir piso, vamos a ofrecerte unos consejos para que vaya todo bien.
TABLA DE CONTENIDOS
ToggleNormas en el hogar para facilitar la convivencia
Antes de escoger a qué tipo de personas estás dispuesto a tener en tu casa, mejor valora unas normas mínimas. Así podrás comentarlas con tu futuro o futuros compañeros y, si no están dispuestos a seguirlas, buscas a otros.
Tampoco es necesario escribir la biblia en verso, pero debes tener en cuenta ciertas costumbres. Por ejemplo, si se podrá traer amigos a casa o personas ajenas. Los usos de las zonas comunes y horarios, si fuera necesario.
Y no te olvides de la limpieza. Las pautas y tareas que deben incluirse como de obligado cumplimiento, junto con la rotación que quieras establecer. Incluye lugares como el baño o la cocina ya que precisan de mayor atención.
Piensa que un piso compartido puede ser muy similar a una residencia. Cada persona tendrá su habitación. Pero después todos compartiréis baño, cocina, salón o comedor. Todo según el tipo de vivienda y sus capacidades.
Por eso es tan importante regular las visitas, los usos de ciertas estancias o los horarios. Por ejemplo, si solo tenéis una lavadora para cuatro personas, quizás sea necesario incluir días de lavado para cada uno.
Escoge el tipo de productos que vais a compartir y cómo gestionar los costes. Como el papel higiénico, el lavavajillas o el jabón de manos.
Cuantas más personas para compartir piso más reglas y opciones
Esto es bastante coherente, si lo piensas. Porque dos personas conviviendo es más difícil que tengan horarios similares. Además de tener menos trajín en casa y poder reducir los días de limpieza.
Una idea interesante es que busques personas que te aporten algo. Por ejemplo idiomas. Puedes establecer con tus inquilinos algún tipo de intercambio para que ambos practiquéis el idioma del otro.
También puedes hacerlo por el mero hecho de aprender sobre otras culturas. Será interesante. Hay muchas personas moviéndose por trabajo o estudios y que buscan hogares temporales para compartir.
Y otra opción es que busques inquilinos con afinidades laborales. Este concepto ya se aplica en residencias de otros países. Hablamos del coliving o cohousing. Es similar a lo que proponen los espacios de coworking.
De esta forma podréis buscar sinergias comunes. Pero en estos casos es más habitual que todos los profesionales pertenezcan al mismo sector laboral. ¿Eres autónomo o tienes un negocio? Pues puedes probar.
Pon de tu parte para facilitar la convivencia
Es importante que pienses bien en las consecuencias de compartir piso. Sobre todo respecto a la intimidad que vas a perder. De esta forma no te afectará tanto.
Hazte con unos auriculares para no molestar al resto de inquilinos. Y también puede que necesites tapones para que ellos tampoco te molesten a ti (sobre todo de noche).
Respeta los horarios y reglas que tú mismo has establecido y sé amable. Habrá muchas de tus cosas que tendrás que compartir, como el menaje de cocina, los muebles y los electrodomésticos ¡así que relájate!
No tiene porqué pasar nada y tu actitud es importante para que todo salga bien. Facilítales espacio en los armarios, estantes y otros lugares comunes para que ellos puedan acomodarse. Y hazles sentir como en casa.
Estaría bien ciertos detalles como espacio en el recibidor para las llaves y cosas de cada uno. También puedes añadir vasos en el baño para los cepillos y dentífricos.
Incluso una libreta de comunicación por si tenéis que informaros de algo.
Tipo de contrato que quieres establecer (solidario o mancomunado)
Los pisos compartidos pueden regirse por diversas fórmulas legales y es importante escoger una. Lo normal es firmar un tipo de contrato entre las partes en donde se especifiquen costes, obligaciones y derechos.
En el contrato solidario, cuando hay más de un inquilino, se firma un único documento por todos. Es decir, el dueño puede cohabitar en la misma vivienda o no. Pero los inquilinos comparten responsabilidades a partes iguales.
De esta forma, si uno de ellos no está al tanto de pagos, el resto de compañeros deben asumir la deuda. Es una forma de que todos respondan por todos y suele funcionar muy bien.
En el caso del contrato mancomunado cada inquilino es independiente. Se firman tantos contratos como personas vayas a aceptar. Y cada uno responde por sí mismo únicamente.
Consulta con profesionales inmobiliarios y con un abogado si fuera necesario.
Otros detalles antes de compartir piso
Es importante que en las entrevistas solicites referencias y que las compruebes. Piensa que hay personas que tienen un carácter difícil. Pídeles un teléfono de la persona con quien compartieron piso anteriormente o de un familiar que responda.
Evita a las personas que parezcan exageradas o que estén demasiado tensas. Trata de mantener una conversación distendida para ver qué tal son en el ámbito social. Y valora si podrían ser buenos compañeros de piso.
Finalmente, acondiciona tu vivienda para sus nuevos inquilinos. Y, si lo necesitas, cuenta con un agente inmobiliario que te ayude a localizarlos. Verás que una mano experta facilita mucho cualquier trámite.